domingo, 1 de junio de 2014

LA VÍA DE LA NEGOCIACION

                                                           
       Si hay una vía que siempre se debe explotar y agotar antes de emprender cualquier acción judicial es la vía de la negociación. Este proceso para resolver controversias es aconsejable frente a  problemas de familia, mercantiles, laborales, civiles incluso administrativos.  Sí que es cierto, que en la jurisdicción penal no es factible, pero la mediación está siendo llevada a cabo en algunos juzgados, cuando se cumplen determinados requisitos, con  resultados bastante alentadores.
     Llegados a este punto, incido en la importancia que tiene estar dirigidos, desde el primer momento,  por un profesional. De esta manera, partimos con la ventaja del asesoramiento inicial y preventivo.   Es el abogado el que a la vista de los datos aportados por su cliente, debe marcar los tiempos de la negociación y las pautas a seguir.
     Hay que tener en cuenta que cuando alguien recibe la llamada de un abogado, su reacción natural y lógica consistirá en ponerse en guardia y muchas veces, la primera pregunta que surge es: “¿por qué no me ha llamado él, antes de acudir a un abogado?
        La fase inicial en la negociación, parte con un ofrecimiento de acuerdo por parte del afectado directamente. No se debe mostrar debilidad sino la voluntad de resolver el conflicto. Hay que tener PACIENCIA, pues no es habitual obtener un resultado positivo y definitivo a la primera de cambio, pero se inicia un periodo de reflexión que habrá que respetar durante el tiempo suficiente. Lo lógico es que la parte contraria haga una contraoferta o incluso acepte nuestra propuesta. En cualquiera de los casos, no debemos prolongar esta fase mucho más allá de 2 ó 3 contactos.  Si tras estos intentos, se consigue un principio de acuerdo, habrá que plasmarlo en un documento que firmarán los afectados y pondrá fin al conflicto.
        Solo si no conseguimos obtener un acuerdo directo entre las partes, pasaremos a la segunda etapa. Se trata de la negociación directa entre abogados. En esta fase, deberemos mantener puntualmente informado a nuestro cliente del desarrollo de las conversaciones, de los avances obtenidos y de las alternativas posibles, pero son los implicados directos los que deben dar el visto bueno y estar plenamente convencidos del resultado obtenido.